Ayer se jugó el partido entre los ex-primeras, Almería y Deportivo. La visita del líder implicaba que el encuentro podría ser duro de pelar, pero visto lo visto y cómo se desarrolló al final, no era tan fiero el león como lo pintaban.
Aunque si algo tiene la UD. Almería, es que le da vidilla a todos sus rivales. Con un dominio claro y rotundo tanto en posesión (algo que está de moda ahora), de juego (dominando el mediocampo) y de ocasiones (no muchas, pero sí suficientes), el Deportivo tuvo en sus botas el primer tiro a puerta y la oportunidad para adelantarse en el marcador. Por suerte y por desacierto del delantero todo siguió cero a cero.
Todo quedó en un susto, poco después, una buena jugada de Rafita (partido decente el de ayer) puso el centro en la cabeza de Ulloa (25 goles le contemplan) para que la Unión se pusiera ganando. De ahí al descanso, como decía antes, todo muy plácido y seguro para llegar tranquilos al minuto 45. Sólo una reseña, la lesión de Esteban que terminó cojeando y puede ser una baja considerable para las últimas jornadas.
En la segunda mitad, todo igual que en la primera. El Deportivo no daba miedo, aunque el equipo de Esteban Vigo acusaba los achuchones de los gallegos, llegando por momentos a soportar un asedio sin llegar a temer por el resultado. Pero viendo la trayectoria de toda la temporada, otro empate era posible. Con el Deportivo apretando y al ataque, el Almería aprovechaba las contras pero en su faceta de correr, porque lo que es culminar, mas bien casi ninguna.
Menos mal que Aarón estuvo listo, y en una contra supo batir a Aranzubía (que no metió gol este año en el Mediterráneo). Partido finiquitado, golaverage superado y un expulsado (Colotto) en las postrimerías del encuentro de forma incomprensible.
Con este partido, parece que el equipo ha cogido el tono del Boquerón. Ahora a Alicante para jugar contra el Hércules, un rival directo y al que debemos vencer para seguir teniendo opciones.
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